Traducida del inglés para Rebelión por Daniel Ramírez-Corzo y Félix Terrones |
Una corporación minera británica enfrenta una denuncia multimillonaria por perjuicios como consecuencia de la detención y presuntas torturas ejecutadas contra manifestantes en una mina a tajo abierto de cobre que la firma busca desarrollar en las montañas del norte peruano.
En un caso que realza las crecientes tensiones entre los poderosos intereses mineros en Perú por un lado, y las alianzas de paupérrimos agricultores con ecologistas por el otro, el Tribunal Supremo de Londres escuchará los desgarradores testimonios de personas retenidas durante tres días en la remota mina cerca de la frontera con Ecuador.
Cuando los manifestantes marcharon hasta la mina, se encontraron con policías armados esperándolos. Ellos afirman que la policía respondía a las órdenes de los gerentes de la mina (aunque este testimonio es refutado por la propietaria de la mina, “Monterrico Metals”). Después de dispararles gases lacrimógenos, la policía detuvo a veintiocho personas a las que les amarró las manos por detrás.
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