Por Javier Diez Canseco
Hace 2 años, advertí: “el APRA, con su clásica escopeta de dos cañones, parece decidida a lanzarse a la privatización del agua potable”. Fujimori tanteó la posibilidad, pero no se atrevió a privatizar Sedapal. Toledo y Kuczynski tampoco, aunque la prepararon al paralizar el crédito japonés para el Proyecto Marca II, desatendiendo las necesidades de agua de Lima y lanzando las privatizaciones en Tumbes y Piura.
García, converso al fundamentalismo neoliberal, y su ex ministro de Vivienda Garrido Lecca crearon –hace dos años– “Aguas del Sur de Lima”, una nueva empresa de agua y saneamiento para atender esa parte de Lima y balnearios. Al inicio, una empresa pública y luego “público-privada”, bajo la batuta de los privatizadores de “Proinversión”. Simple, pero claramente engañoso para la gente. Hoy han ido mucho más allá.
Han impedido la presencia de los usuarios en el directorio de la empresa, cerrándoles el paso para que no puedan cautelar sus intereses. Luego han ignorado los informes de la Fiscalía anticorrupción y de la Contraloría de la República sobre graves problemas de gestión. E intentaron imponer el Proyecto de Ley privatizador 1217 en el Congreso (abril del 2008) pero fracasaron. Entonces aprovecharon de los famosos DL para adecuarse al TLC con EEUU y dieron el DL 1031 que convierte empresas públicas en sociedades anónimas de propiedad del Estado, pero sin fin social, obligadas a colocar no menos del 20% de sus acciones en la Bolsa. Seguir leyendo
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