Fuente: Diario la Primera
Un psicosocial creado por el gobierno de los ricos, que creció y le reventó en la cara a sus creadores. (2) Murga tuvo que pagar con su puesto.
La novela de la Policía Nacional en la que responsabilizan de una serie de asesinatos -hasta 60- en Huánuco a los míticos “pishtacos”, acabó con la salida del director de la Dirincri, Félix Murga, el punto más débil en esta cadena de exageraciones respaldadas por las más altas autoridades policiales, pero luego rechazadas inclusive por los propios policías de la zona.
Ayer el director de la Policía Nacional del Perú (PNP), general Miguel Hidalgo, anunció la separación del jefe de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), Eusebio Félix Murga, por inconsistencia en la investigación relacionada a la existencia de una banda denominada “Los pishtacos de Huánuco”. Recalcó que la Inspectoría General de la PNP realizará una investigación sumaria para determinar la idoneidad de la participación de los efectivos en el caso de la presunta banda que mataban a campesinos para extraerle la grasa y venderla a supuestos fabricantes de artículos de belleza en hasta 15 mil dólares el litro.
Tras la separación de Murga, el ministro del Interior, Octavio Salazar, no dudó en marcar distancia del escándalo indicando que “en ningún momento la policía aseguró la existencia de ‘pishtacos’ en el valle del Monzón”, e indicó que continúa la investigación en torno a la presunta banda que extraía grasa humana. “Realmente yo no quiero decir si existen o no. Yo me baso en la investigación que la Policía Nacional me hace conocer”, asevera ahora el ministro.
Pero queda como prueba de la exageración la conferencia de prensa (respaldada por todos los mandos) en que la policía presentó a la banda y dio detalles hasta de la forma sangrienta cómo operaban. Ello sin resaltar la “espectacular y paciente labor” de los efectivos de la PNP.
Huánuco protesta
El presidente regional de Huánuco, Jorge Espinoza Egoavil, retó al premier Velásquez Quesquén y al ministro del Interior, Octavio Salazar, a visitar la zona del Monzón y que le demuestren la existencia de los presuntos “pishtacos”. La máxima autoridad regional dijo a LA PRIMERA que lo de los presuntos “roba grasas” es una “patraña de nivel artesanal” inventada por la PNP para ocultar la debilidad de las fuerzas policiales frente al terrorismo y el avance de los actos delictivos en el lugar.
“Como no pueden garantizar la seguridad de la población sacan el tema de la captura de los ‘pishtacos’ para que la población vea que han logrado capturar algo que nadie ha podido en cientos de años. ¿Quién los va atrapar si se tratan de seres mitológicos que sólo existe en la mente de algunos pobladores?”, recalcó.
Abelardo Ortiz Pedraza, presidente de la Cámara de Comercio de Huánuco indicó que tras publicitarse el caso de los “pishtacos” -el 19 noviembre- el turismo nacional e internacional hacia Tingo María cayó en 80% y dañó la imagen de la población de la selva peruana. “No sólo se afectó el turismo, sino también toda la cadena productiva del sector, como la agencia de viajes, hoteles, entre otros. Por ello urge a las autoridades adoptar medidas inmediatas para hacer frente al problema y dar un mayor apoyo al turismo para enfrentar la crisis”, indicó.
Coincidiendo con las declaraciones de Ortiz, el titular de Huánuco, Espinoza Egoavil, dijo que debido al anuncio de la existencia de los “pishtacos” nadie quiere venir. Por ello, pidió al ministro Salazar un desagravio al pueblo huanuqueño.
“Nos deja como gente analfabeta, de siglos pasados, como si estuviéramos en la época de los taparrabos… Aquí tenemos cinco universidades, este es un pueblo culto”, acotó. Más allá de la simple ineficiencia, deseo de verse “exitosos” o hasta intención de lanzar una “cortina de humo”, el caso no sólo marcó una vergüenza para la institución policial sino que causó efectos negativos a todo un sector de la población.
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