1. Tenemos una gran riqueza mineral, muchos proyectos marchan viento en popa, y hay decenas de proyectos más que iniciarían producción de metales en los próximos cinco años. Pero todos son proyectos privados e internacionales, por lo tanto la extracción y comercialización de los productos mineros no está en manos peruanas, sino extranjeras. Y un gran porcentaje de las ganancias se va esos países y, en el mejor de los casos, se queda en el país pero en manos de poderosas familias y grupos económicos que no representan ni al 1% de la población. Hay crecimiento, pero sólo lo disfrutan unos cuántos.
2. Las transnacionales que explotan los minerales en nuestro suelo tiene contratos que nunca han sido públicos en su totalidad, ya que la gran mayoría de ellos se suscribieron durante la dictadura de Alberto Fujimori. Estos contratos son de "estabilidad para las inversiones", es decir si no obtienen ganancias de, digamos, un 10% al año, el Estado debe compensarlos; además utilizan gasolina sunsidiada (con un precio muy, pero muy por debajo del precio de mercado). Como si esto fuera poco las grandes mineras trabajan vía services, o sea empleos de segunda categoría. Y a esto le sumamos las diversas exoneraciones de impuestos que tienen las mineras, si pagaran porcentajes más altos el Tesoro Público se vería beneficiado.
La nota es del diario La República:
Las empresas mineras logran un 53% de sobreganancias que no son compartidas con el Estado y que se explican por el precio récord que alcanzó el oro, de más de US$1,500 por onza en días previos, sostienen diversos expertos.
Pero no solo el dorado metal se suma al contexto en el que las compañías mineras en el Perú pasan por un muy buen momento. También la plata alcanzó niveles insospechados, con cifras históricas de US$ 46.67 la onza.
Falta voluntad política
Jorge Manco Zaconetti, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), afirma que las compañías que extraen oro ya tenían suficientes ganancias cuando el precio estaba en US$ 700 por onza.
“En el 2001, la minera Barrick tenía un costo de producción de US$ 50 la onza y la de Yanacocha era de US$ 90 a US$ 100 la onza. Si al incrementarse los precios suben los costos, pero con un precio de US$ 1,500 la onza, hay un 53% de exceso en sus ganancias, que se traducen en US$ 800 por onza”, afirmó.
El experto consideró necesario que el nuevo gobierno tenga la voluntad política de sentarse con las mineras y buscar un consenso con el objetivo de que se aplique un impuesto a estas sobreganancias.
“Existe cada vez un mayoritario consenso público sobre la necesidad de una creciente participación del Estado en la riqueza minera. Las compañías que explotan recursos naturales no renovables están obteniendo desde el año 2004 utilidades extraordinarias que no están siendo compartidas con el Estado, que según mandato constitucional es el titular de los recursos naturales en nombre de la Nación”, afirmó.
Candidatos deben tocar el tema
El ex ministro de Energía y Minas Carlos Herrera Descalzi consideró muy importante que en lo que resta de la campaña presidencial los candidatos deberían tratar el impuesto a las sobreganancias mineras.
Y es que, según indicó, el país actualmente no está recibiendo la compensación que se merece, por parte de las mineras, por la explotación de los recursos naturales no renovables.
Herrera proyectó que la tendencia es que los precios de los metales en el extranjero sigan estables.
El Dato
Inversiones. José De Echave, experto en temas mineros, dijo que de haberse aplicado un impuesto de 10% se hubiera triplicado el monto del óbolo minero, que llega a S/. 1,776 millones desde enero del 2007 a enero del 2011. Aclaró que el nuevo impuesto no ahuyentará las inversiones en el sector minero.
Países que aplican el modelo
El ejemplo de países mineros del primer mundo como Chile busca captar más de US$ 1,200 millones anuales por concepto del impuesto extraordinario a la minería.
Si bien el año pasado los lobbies en Australia derrotaron la propuesta del secretario del Tesoro, Kevin Rudd, de promulgar un impuesto extraordinario a las sobreganancias con una tasa del 40%, el tema podría ponerse en cualquier momento en debate ya que se estima que el Estado dejará de recaudar US$ 60 mil millones en los próximos diez años.
Fuente:
La República
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