Viernes 20 de Julio 2012
Hurtado señala al general Mori.
Telmo
Hurtado, autor material confeso del asesinato de 31 campesinos de la
localidad ayacuchana de Accomarca, el 14 en agosto de 1985, afirmó ayer,
cara a cara, a su otrora superior, el general (r) Wilfredo Mori Orzo,
exjefe político militar de Ayacucho, que éste permitió ejecuciones extrajudiciales en Ayacucho y que le ordenó la “limpieza” de testigos luego de la referida masacre que dejó en total 69 muertes.
Telmo Hurtado encaró al general Mori en tenso careo en penal Castro Castro "
Telmo Hurtado encaró al general Mori en tenso careo en penal Castro Castro "
El
ahora mayor en retiro manifestó que como suboficial y jefe de patrulla
no pudo tomar decisiones por su cuenta y que el exjefe oficial de
inteligencia Gustavo Uribe Restrepo, junto a otros oficiales, le dieron
órdenes verbales, como era usual durante aquellos años de guerra, para
eliminar a los comuneros de Accomarca.
“Entonces, yo me reuní con usted. Usted me dio la orden (de desaparecer testigos), porque tenía conocimiento de todo lo que pasó en Accomarca. Usted permitió eso”, le dijo Hurtado con la mirada fija a Mori Orzo, separados apenas por dos metros, ante la Sala Penal Nacional en la sala de audiencias del penal Castro Castro.
Hurtado contó que tras haber sido denunciada por la prensa la masacre de Accomarca, por mandato de sus jefes inmediatos se entrevistó con Mori Orzo en la Villa Militar de Chorrillos, donde vivía éste, el 19 de setiembre de 1985, y recibió órdenes precisas para desaparecer vestigio alguno en Accomarca.
“Yo subí en un helicóptero para ir a Accomarca y usted me puso un guía, un comandante y otro oficial para hacer la limpieza. ¿Cómo podía yo organizar todo siendo solo un suboficial? ¡Explíqueme!”, levantó la voz Hurtado debido a que sus 30 coacusados en este caso lo insultaban en voz baja.
“Usted asesinó a la gente y quiere hacer quedar mal a la institución por revanchismo, involucrando a toda la institución. Yo soy un oficial digno y con mis oficiales siempre respetamos la Constitución”, le respondió Mori Orzo, quien sugirió incluso que Hurtado tendría problemas mentales.
Hurtado aseveró que no pudo confesar antes sus delitos porque la justicia militar cambiaba su versión para proteger a los oficiales y porque su silencio le permitió ascender a grado de mayor.
—“No tengo por qué mentir. Yo en un principio no dije nada para protegerlos, para que ustedes tengan una vida tranquila. Pero ya me cansé de ese señalamiento”, afirmó.
—“Su versión es inverosímil. No se dieron ejecuciones. ¿Quién le va a creer esa historia?”, espetó Mori Orzo, que evitando la mirada de Hurtado, no paró de tildarlo de mentiroso.
Hurtado, tras enfatizar que no solo es su versión la que inculpa a Mori Orzo sino otras que han permitido la apertura de procesos por ejecuciones en aquellos años, refirió que él mismo fue testigo de 14 ajusticiamientos en julio de 1985 en el cuartel Los Cabitos.
“Aquí no se trata de quién es probo. Hay gente sentenciada ya por ejecuciones extrajudiciales. Yo seré sentenciado y estoy seguro que usted también. Ya es tiempo, general Mori, que acepte su responsabilidad de que sucedieron cosas y que los oficiales lo ordenaron y lo permitieron”, puntualizó.
“Entonces, yo me reuní con usted. Usted me dio la orden (de desaparecer testigos), porque tenía conocimiento de todo lo que pasó en Accomarca. Usted permitió eso”, le dijo Hurtado con la mirada fija a Mori Orzo, separados apenas por dos metros, ante la Sala Penal Nacional en la sala de audiencias del penal Castro Castro.
Hurtado contó que tras haber sido denunciada por la prensa la masacre de Accomarca, por mandato de sus jefes inmediatos se entrevistó con Mori Orzo en la Villa Militar de Chorrillos, donde vivía éste, el 19 de setiembre de 1985, y recibió órdenes precisas para desaparecer vestigio alguno en Accomarca.
“Yo subí en un helicóptero para ir a Accomarca y usted me puso un guía, un comandante y otro oficial para hacer la limpieza. ¿Cómo podía yo organizar todo siendo solo un suboficial? ¡Explíqueme!”, levantó la voz Hurtado debido a que sus 30 coacusados en este caso lo insultaban en voz baja.
“Usted asesinó a la gente y quiere hacer quedar mal a la institución por revanchismo, involucrando a toda la institución. Yo soy un oficial digno y con mis oficiales siempre respetamos la Constitución”, le respondió Mori Orzo, quien sugirió incluso que Hurtado tendría problemas mentales.
Hurtado aseveró que no pudo confesar antes sus delitos porque la justicia militar cambiaba su versión para proteger a los oficiales y porque su silencio le permitió ascender a grado de mayor.
—“No tengo por qué mentir. Yo en un principio no dije nada para protegerlos, para que ustedes tengan una vida tranquila. Pero ya me cansé de ese señalamiento”, afirmó.
—“Su versión es inverosímil. No se dieron ejecuciones. ¿Quién le va a creer esa historia?”, espetó Mori Orzo, que evitando la mirada de Hurtado, no paró de tildarlo de mentiroso.
Hurtado, tras enfatizar que no solo es su versión la que inculpa a Mori Orzo sino otras que han permitido la apertura de procesos por ejecuciones en aquellos años, refirió que él mismo fue testigo de 14 ajusticiamientos en julio de 1985 en el cuartel Los Cabitos.
“Aquí no se trata de quién es probo. Hay gente sentenciada ya por ejecuciones extrajudiciales. Yo seré sentenciado y estoy seguro que usted también. Ya es tiempo, general Mori, que acepte su responsabilidad de que sucedieron cosas y que los oficiales lo ordenaron y lo permitieron”, puntualizó.
Fuente: Diario La Primera.
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