Susana Higuchi fue torturada en los sótanos del Pentagonito y en la cama del hospital donde estuvo internada, por órdenes de su entonces esposo el dictador Alberto Fujimori Fujimori. Estos viles actos le provocaron serias afectaciones a su salud y a su coherencia comunicativa. Sin embargo, sus hijos, entre ellos, Keiko Fujimori, quien la reemplazó como primera dama, gozaban de la opulencia del poder de su padre. Jamás defendieron públicamente a doña Susana, su madre. El poder y la opulencia pueden convertirse en una enfermedad de la cual se dice no hay cura, sobretodo cuando esta se la adquiere a muy temprana edad. Los que vivieron con el poder, como Keiko y Kenyi, no saben vivir sin él, no entienden la vida de otra forma, aún a costa de los terribles agravios contra su madre. Susuna Higuchi sólo cumplió con denunciar los actos corruptos del gobierno de Alberto Fujimori.
Susana Higuchi: Lo que el amor de una madre puede soportar
Este
día de la madre quiero manifestar mi reconocimiento a todas las mamás
del Perú. Asimismo alguna vez dije que iba a tocar el tema de la madre
de Keiko, Kenyi, Hiro y Sachi Fujimori
y qué mejor fecha para tocar este tema.
Susana
Higuchi fue la primera dama de la República cuando su ex-esposo, el
Ingeniero Alberto Fujimori, se alzó con la victoria de las elecciones de
1990 como un “outsider” que se desligaba
de los partidos tradicionales y que contó con el apoyo del APRA y de la
izquierda peruana. Ella durante los primeros años del 90 se dedicó a
trabajar en la “Fundación
por los Niños del Perú” a veces opacando la imagen de Alberto.
Alberto Fujmori
Dos
años más tarde, quien alguna vez fue la señora de Fujimori denunció
ciertas prácticas turbias alrededor del uso de ropa donada de Japón por
parte de los de los hermanos de su marido.
Resulta que ellos traficaban dichos bienes para luego venderlos por el
país (el caso de la ONG Apenkai). Desde ese entonces
comenzaron a fortalecerse los conflictos familiares ancestrales entre los Fujimori y los Higuchi y por otra parte
Vladimiro Montesinos comenzó a intensificar la separación de la pareja presidencial.
Después del autogolpe de 1992 vino lo peor para la Sra. Higuchi y debido a ello Caretas recoge su siguiente testimonio.
“Un
fin de semana entre abril y mayo de 1992, ocho personas me sacaron con
mucha violencia del departamento que nos fue asignado en el segundo piso
de uno de los edificios del SIE.
Me sacaron con los ojos vendados, me encapucharon, me metieron en una
camioneta 4×4 y me llevaron a no sé dónde. Me torturaron con golpes
hasta que caí inconsciente. Me inyectaron algo para que me quedara
totalmente dormida. Allí me aplicaron electroschock,
porque cuando vi hablar a Demetrio Peñaherrera, me preguntaba a mí
misma: ¿me habrán hecho lo mismo? Yo, como `Vaticano’, quedé con lagunas
mentales, no hilaba bien las oraciones, no sabía lo que hablaba. No
reconocí a nadie. Pero sé que todos tenían porte
militar. No sé cuántos días pasaron, pero me ponen la misma ropa con la
que me encontraron. Aparentemente estaba desnuda, tambaleante. Me
sacaron de ese lugar y me dejaron por la parte posterior al departamento
asignado al Pentagonito”
Ver testimonio de Máximo San Román:
Pentagonito
El
medio también demuestra que la señora Higuchi sería torturada hasta el
final del gobierno fujimontesinista en diferentes ocasiones. El
periodista Gustavo Gorriti y la agente Leonor
La Rosa corroboran, en diferentes ocasiones, la presencia de la madre
de Keiko Fujimori en los sótanos del Pentagonito.
El presidente y esposo de Susana en ese entonces da falsas declaraciones
para encubrir al aparato de inteligencia de ese entonces.
En 1994 Susana Higuchi se divorcia de su esposo y en 1995
intenta candidatear a la presidencia siendo arbitrariamente impedida por el Jurado Nacional de Elecciones en ese entonces. Ella también
ha sido ridiculizada en los medios comunicacionales digitados desde el SIN en ese tiempo.
Keiko, Kenji, Hiro y Sachi Fujimori
Pero, ¿qué era de sus hijos? bueno,
prefirieron la opulencia que le brindaba estar con su padre y dejaron a
su madre a merced de las torturas, el abandono y el maltrato psicológico
del aparato estatal.
De allí se desprenden los 344 mil 588 dólares que los hijos de Susana
gastaron en estudios en la Universidad de Boston entre los años 1993 y
1997 y
las travesías en helicóptero de Kenji y su perro puñete por la rupa-rupa peruana
con la plata de todos los peruanos entre otras irregularidades y/o
banalidades. Ni que decir sobre el uso que Alberto Fujimori hacía de sus
cuatro hijos para impedir la acusación
que la señora Higuchi
quería formular acerca de los maltratos fisicos y psicologicos hechos y en complacencia del presidente de ese entonces.
Será
en la caída del gobierno fujimontesinista cuando Susana Higuchi pudo
reencontrarse con sus hijos y cada día intenta fortalecer su vínculo con
ellos. Ella candidatea al Congreso y
se vuelve congresista por la lista del Frente Independiente Moralizador
para el periodo 2001-2006.
Este
post demuestra cuanto una madre puede querer y cuanto unos hijos
vendidos e inclinados hacia los favores de su padre pueden aceptar. Lo
mejor que pueden hacer Hiro, Sachi, Kenji
y Keiko es reivindicar a su madre quien evitó ser manchada por las
garras de la corrupción y terminó siendo torurada en los sótanos del
SIE…
pero pasan los años, se le impide hacer justicia y sus propios hijos con
su silencio prefieren que se la siga tratando casi como loca.
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