lunes, 11 de octubre de 2010

Comemos peor en tiempos de García

Hace unos días, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó el último informe de Condiciones de Vida en el Perú.
Este reporte contiene los resultados de un conjunto de variables socio-económicas para el primer semestre del presente año con lo que es posible revisar su evolución durante el actual régimen. Veamos el caso del déficit calórico.
A diferencia de la pobreza monetaria que se concentra en el ingreso necesario para  que un individuo acceda a una canasta de bienes y servicios esenciales, el déficit calórico revela la insuficiencia en la ingesta de calorías requeridas por los individuos miembros de un hogar. Resulta claro que el déficit calórico constituye una variable que nos brinda una mayor aproximación al bienestar de las personas respecto a la pobreza monetaria.
Entre los primeros trimestres de 2007 y 2010, el déficit calórico a nivel nacional se incrementó en 8 puntos porcentuales. Mientras que en la zona rural y urbana los incrementos ascendieron a 6 y 7 puntos porcentuales respectivamente (ver gráfico). Llama poderosamente la atención el incremento de 11 puntos porcentuales en la incidencia del déficit calórico en Lima Metropolitana,  una de las ciudades supuestamente más favorecidas con el reciente escenario de “bonanza” económica del país.
Gráfico: Incidencia del déficit calórico por ámbito geográfico

Fuente: INEI.  Elaboración: Otra Mirada.
Hay que puntualizar que el INEI considera solo como referenciales a estos resultados debido a las limitaciones metodológicas en su cálculo. Bajo este criterio, el tan publicitado resultado de la reducción en la pobreza monetaria también solo seria referencial debido al conjunto de atingencias que expone el Comité Interinstitucional de medición de la pobreza.
Finalmente, es paradójica la divergencia entre los resultados de pobreza monetaria y déficit calórico del país en los últimos años. Este tema que hemos desarrollado en un infodiario anterior, nos lleva a reflexionar respecto a la consistencia y coherencia del patrón de producción y distribución económica seguido por el actual régimen. Dado el ambiente electoral, es momento de empezar a exponer y discutir alternativas que sobre todo guarden seriedad y coherencia interna o acaso ¿queremos cinco años más de lo mismo?
Fuente: http://www.otramirada.pe

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